jueves, 6 de diciembre de 2012

Seis vueltas alrededor del Sol

6 años desde el 6 de diciembre del 2006.
Y entonces llegó el día. Para lo que tanto nos habíamos preparado, leído y mentalizado.
Estábamos a punto de ser padres.
Alguien me iba a decir mamá (y dar alegrías, poner triste, feliz, nerviosa, ansiosa, orgullosa)


Y me dieron en mis brazos el niñito más hermoso de todo el universo sin fin (todas las madres tienen el derecho natural de decirlo, incluso aunque sea el 2do, 3er o 4to hijo)
No sabía cómo tomarlo, pero pude ver sus ojitos que me veían. Y pude tocar su manito que me tocaba. Y pude abrazar su cuerpecito que me abrazaba.

Y llegamos a la casa. Cuna lista. Ropita lavada. Ambiente preparado. Todo calculado. “Estos calcetines van con este pantalón, y este pantalón tiene el mismo estilo de esta polera. En caso de frio, se debería usar este polerón, o en su defecto, esta diminuta chaqueta.”
Jamássssss logre hacerlo!
El niñito mas hermoso de todo el universo sin fin, tenía reflujo, lo que implicó cambiarle la ropa infinitas veces por hora, y simplemente alargar el brazo y agarrar lo primero que estuviera (colgando) en el cajón.
Así fue como a veces era un niño ensalada: rojo con verde – lechuga con tomate
Niño Halloween, naranjo con negro
Niño navideño, rojo con verde
Niño otoño, amarillo con naranjo
Niño pascua de resurrección, celeste con verde agua
Niño primavera, verde con naranjo
Niño patriótico, azul con rojo y blanco
Niño océano, verde con azul

Y las eternas primeras horas empezaron a pasar mas rápidas, y aprendimos a entendernos sin siquiera saberlo. Y aunque sufrí con las primeras noches en que casi no se duerme, con los primeros baños y cortarles las uñitas que ni siquiera era capaz de ver… luego me di cuenta de que teníamos la suerte de 1 en 1.000.000.000.000.000.000 de tener un pequeño humano que durmió la primara noche de corrido a partir del mes, que dormía sus siestas tranquilo en el coche y que había que pellizcarlo para escucharle el llanto.

Nos regaló sus primeras sonrisas en los primeros días, y me dijo AGU cuando tenía tan solo 30 días.
Fui la mamá más feliz cuando escuche el primer “mamá” a los 5 meses. Y nos sorprendimos cuando podía sostener juguetes a los 7 meses.
Fue después de esos y muchos otros hechos que supimos que teníamos un SuperBaby en nuestra casa. Y como tal, decidimos sacarle una foto con capa y antifaz, suspendido en el aire; y mi mamá un poco molesta dijo que a esa altura ya nos había superado - por lejos - en inteligencia.

Es mi viejito chico. El que prefiere ver un documental en vez de dibujos animados. El que prefiere leer en vez de rayar las murallas. El que se pone feliz con las tareas del kínder y el que me dice si dejé algo en el horno, que me cierra la puerta de la refri, que me recuerda donde dejé mi celular y el que me refresca la fecha actual. Pero es el mismo que también cree que las zapatillas le dan la velocidad para correr, que amarrando globos de helio en una silla podrá volar, que el auto pone por si mismo el intermitente y entonces yo se donde doblar.

Es el mismo que esta terminando la etapa más importante de la vida. La más linda, la mejor; y la que menos se recuerda.

Está dejando de ser un humano pequeño. Ya tiene brazos y piernas largas, se desinflaron sus cachetes, su cabeza pronto cabera 10 veces en su cuerpo, sus pies serán hediondos, entenderá mejor los Por Qué y justificará mejor los Porque, dejará sus dientes de leche, estará listo para empezar el primer año de escuela de verdad y por primera vez y para siempre necesitará al menos dos manos para decir su edad.


Feliz sexto cumpleaños mi amado Tommy!!