jueves, 6 de junio de 2013

Arica Siempre Arica. Sólo un ariqueño sabe...










A muchos kilómetros de mi ciudad natal, en una noche lluviosa y cálida de verano, escucho el himno de Arica.
Y recuerdo, igual como si hojeara un álbum de fotos, como crecí y vi mi ciudad cambiar en muchos aspectos y ser la misma en otros. Recuerdo las primaveras eternas de cada año, y aunque el tiempo se ha encargado de acortarlas, sigue siendo Arica la ciudad más agradable de visitar en cualquier estación, porque siempre nos recibe con su sol infaltable y su mar que nos regala inmensas olas.











Mi querida Arica, de la que muchos sólo sabrán decir que es una pequeña ciudad de Chile. Quizás algunos hagan detalle que se trata de la puerta de Chile, y que alguna vez fue peruana.

Pero sólo los ariqueños sabemos disfrutar de lo que significa ser frontera, estar más cerca de otro país que del nuestro, y querer a nuestros vecinos como nadie más lo hace en el resto del país..













Muy pocos sabrán además la historia de Arica. Menos aún que el 7 de Junio es un día que todo ariqueño lleva en su corazón, y que por fin se puede celebrar oficialmente como feriado local. Pero cuantos chilenos saben qué se celebra y por qué? 
Sólo los ariqueños sentimos el viento del morro más fuerte y más frio, sólo los ariqueños conocemos la historia completa de lo que sucedió ese 7 de Junio de 1880 sobre el morro y sólo los ariqueños crecimos dibujando el morro imponente, con una bandera inmensa en la cima y con el mar a sus pies (y algunos guerreros cayendo en sus caballos!) 








Sólo los ariqueños sabemos lo que es vivir en un oasis lleno de palmeras y cucardas, rodeados de cerros pelados que a través de sus geoglifos algo le dicen al cielo.
Sólo los ariqueños sabemos lo que es cuidar el agua y tener dos valles verdes en medio del desierto, que nos proveen de las más sabrosas frutas y verduras durante todo el año.











Sólo los ariqueños sabemos lo que es correr despavoridos cuando caen unas gotas de agua, que logran revolucionar a toda una ciudad que tiene la menor precipitación del mundo.

Sólo los ariqueños sabemos disfrutar del mejor pan con aceitunas, un crujiente sándwich de pescado frito con tomate, ceviche del mercado, yoguis en el centro, los mejores jugos de frutas; y saber a ciencia cierta lo que es vivir en un suelo que tiembla casi a diario.












Sólo los ariqueños podemos jactarnos de tener una catedral hecha por el mismísimo Eiffel que también hizo la famosa torre en París; ser herederos de la Cultura Chinchorro y las momias más antiguas de la humanidad; y poder pasar de playas oleadas a uno de los lagos más altos del mundo.













Sólo los ariqueños sabemos lo que es ser ariqueño tridimensional: de Alma, cuerpo y corazón. 
Lo que es tener el corazón agarrado a una pequeña punta del país y emocionarse cuando se escucha nuestro himno de la ciudad.

Feliz cumpleaños querida Arica!