viernes, 25 de octubre de 2013

Te huelo, con el alma

No hay nada más intenso que un olor. Sobretodo si es asqueroso, repugnante, vomitivo.
Pero tampoco hay nada más placentero que un buen olor.
Pero lo que por seguro es lejos lo mejor más power-metal-top de lo más increíble que puede existir en este mundo... es oler algo y ser transportado en el tiempo y el espacio a otra época, a otro lugar, a otro "nosotros mismos", de otro año, de otra situación, de otro todo.
Ese olor; cuando nuestro cerebro y corazón y estomago y todo el cuerpo junto, se detiene; y rescata el más ínfimo recuerdo que ni siquiera sabíamos que recordábamos, sobre un pequeño hecho, que nos hace sonreir y volver a disfrutar.

Así me pasa con el olor a plástico puro en toda su expresión, que me hace recordar mi felicidad más grande, cuando en un cumpleaños (donde aún celebraba edad de 1 dígito) casi me desmayé al descubrir que me había hecho acreedora de la más linda, rosada y olorosa mochila de Frutillita que la industria china jamás había fabricado!

Así me pasa también con el olor de ciertos perfumes, o más bien la mezcla de varios de ellos; que me hacen recordar las tan concurridas misas del Gallo en la noche de Navidad; donde todas las viejas se afirulaban lo más posible, el cura se lustraba los zapatos hasta que perdían el color y se tranformaban en sólo brillo, los viejos se peinaban los pocos pelos, y a los niños nos vestían con la mejor tenida para dejar en claro que proveníamos de una buena familia. Ese olor - de olores ricos mezclados - me transporta a esa iglesia, llena de gente que no iba a la iglesia, pero que esa noche entonaban a voz en cuello lindos villancicos que jamás he vuelto a escuchar.

Sin embargo, hay olores que todos reconocen; como el olor a auto nuevo, olor a pan con queso caliente, olor a lluvia, olor a queque en el horno, olor a pata, olor a pasto recién cortado; entre otros... pero hoy en día la industria nos ha bombardeado con cientos de olores, y los venden para que nuestro cerebro almacene ese sin fin de aromas y finalmente se confunda y se haga cada vez mas difícil el gran arte de la transportación por olor.
Nos han hecho creer que el olor a vainilla ha sido parte de nuestra vida por siempre, Mentira! 
Que el olor a flores del Caribe ha sido parte de nuestra infancia, Mentira!
Que el olor a agua de vertiente existe, Mentira!

Me gustan los olores. Decido a través de los olores. Me transporto con los olores.
Será porque viví en el campo mis primeros años de vida, o por mi cercanía que tuve con los animales de granja? pero desde que mi mente recuerda, siempre olía las cosas antes de comer. Quizás es una actitud de perro (lo que es muy distinto a tener una actitud de perra). 
Luego eso se extendió a todo lo que caía en mis manos; hasta que con mucho trabajo lograron quitarme esa manía. 
O al menos es lo que creyeron, porque hoy en día, y en forma secreta, sigo oliendo cada cosa que puedo...
El olor me transporta, el olor me envuelve, el olor me domina y me llena el alma.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Joder! si que vuela el tiempo...



Hace 12 años atras, en algun dia de Septiembre que no recuerdo con exactitud, me gane una beca para estudiar un master, por 9 meses en Madrid.

Me fui con 2 maletas que se transformaron en 12 cajas, y esos 9 meses se transformaron en 4 años;
y lo que menos recuerdo es lo que me ensenaron ahi.
 




A cambio de eso, aprendi que pasar una navidad lejos de casa nunca sera igual de calida, pero que tampoco nos mata...
Que los buenos-nuevos-amigos pueden llegar a ser como la familia; y que los buenos-viejos-amigos, son para siempre, a pesar de la distancia.

Durante esos 4 años conoci mucha gente, baile hasta el amanecer, camine mas que kunfu, decidi no tener auto, pero si celular (años despues decidi lo contrario)
Aprendi a hablar español de España, pero nunca reemplace mi chilensis. Y aprendi a hacer tortilla, pero nunca reemplace mi pancito chileno.
 

Viaje en tren, auto y avion en cada oportunidad que tuve, conoci lugares maravillosos llenos de cultura e historia, aprendi lo que era el turismo rural, visite los museos mas bellos y famosos del planeta, y me emocione con cada cuadro que antes solo habia visto en los libros. Fui a la nieve, hicimos una fonda, patine en hielo, camine en pijama por el centro, celebre mis cumples, tuve mis peores alergias primaverales, me asuste con el atentado de Atocha, tuve 6 trabajos, vivi en 2 casas, comparti con gente de incontables paises y varios chilenos, me enyesaron una pata, supe lo que era el calor de verdad, me dieron miedo las tormentas electricas y tuve el placer de tener a muchos de mis amigos visitandome por alla.
 

Sin duda fueron 4 años que marcaron mi transcurso de vida, y que las experiencias y los amigos, haran que no se me olviden jamas.
 

Y... termine enamorada, y no precisamente de Madrid!
(quien sabe, sin esa beca, no hubiera conocido al Gringo ni tendria mis ratones).


LECCION: vale la pena estudiar mucho!