miércoles, 31 de julio de 2013

Donde la venden?! Que alguien me lo diga RAPIDO por favor!

O es que la paciencia no la venden, y el que tiene, tiene; y el que no, esta frito no mas?
Mas bien, mi teoria es que como terricolas la teniamos, pero con el pasar del tiempo, y la impaciencia de las personas, se ha ido gastando.

Pienso en los telegramas que mis papas tenian guardados en el velador, de cuando eran pololos, por alla a finales de los 60's y principios de los 70's; de seguro era el equivalente del Whatsapp, porque de que eran rapidos, lo eran.
No asi las cartas, escritas a mano, A MANO! Cuantas letras inentendibles y cuantos dias, (o semanas) de espera para esas noticias. O sea, demas que una pareja podria haberse desenamorado en el entretanto...

Pienso en las planchas. Que atroz tener que esperar para calentar una plancha de fierro! Aunque confiezo que poco conozco como funciona una en la modernidad, porque estoy poco familiarizada con su uso.

Pienso que ni la sopa de cebolla francesa ni el curanto se hacen en los tiempos que se hacian en antaño. Quien tiene tiempo para esperar a comer? Quien tiene tiempo?!

En mi ciudad, y en varias otras, la tele se veia con una semana de retraso, el diario llegaba despues del medio dia, y como no habian celulares habia que esperar que la gente estuviera en la casa para hablar, o encontrarse en la calle porque no todos tenian telefono tampoco.
Los bancos estaban llenos de gente que esperaba muchas horas porque no podian hacer un click desde la casa.
Las tiendas sabian esperar para decorar sus vitrinas en ambiente navideño, y la gente sabia esperar hasta diciembre para poner el arbolito en su casa.

No se vendia ropa de invierno hasta que hacia frio, y ropa de verano hasta que hacia calor.
A nadie se le ocurria comprar corazones en diciembre para regalarlos en febrero, ni banderitas chilenas en Julio para ponerlas en Septiembre.
Los niños jugaban con juguetes hasta que eran grandes y panfilos y no decidian que ver en la tele hasta que tenian edad suficiente para cargar las bolsas del supermercado.
Las mujeres esperaban a casarse para tener sexo, y las que no, estaban asustadas cada mes y se les hacia eterno; porque habia que esperar hasta el proximo mes y alegrarse o deprimirse con la ausencia de lo que esperaban.
Esas mismas mujeres tejian; empezaban en verano, porque sabian que habia que tener paciencia.

Las personas viajaban en auto por largas horas, o en barco si el viaje era mas distante. Muy pocos se subian a un avion y nadie reclamaba por 20 minutos de atraso.
Las vacaciones se pasaban lentas, incluso aburridas, y la gente disfrutaba cada dia y volvian bien descansaditos; no como hoy, que pasan a la velocidad de la luz y son tan agotadoras que hace falta un par de dias extras para reponerse.

Yo creo que nos han ido engañando y los dias son cada vez mas cortos y los meses pasan mas rapido.
La vida, en años de vida, es cada vez mas larga; pero se nos hace mas corta.
Hay una frase que se repite mucho y dice "disfruta el dia a dia", pero analizando de como van las cosas, yo aconsejaria disfrutar cada segundo...


domingo, 21 de julio de 2013

Y en 2 años, me acostumbre...

Hace unos cuantos muchos días (730) llegué a uno de los países más querido y más despreciado del mundo: Estados Unidos de America.
Pero no solo eso, llegue a vivir al sur, a una ciudad que quizas alcanza para "ciu"; pero asi y todo, mi balance es F (feliz)

Y si, les voy a explicar porque: (Primero dejar en claro que les voy a explicar los puntos positivos, porque los negativos vuelan mas rapido que el viento y todos los sabemos).

Voy a empezar aclarando la mala fama. Como bien es sabido que este es el pais de la comida rapida y basura, tambien es el pais de mas diversidad de comida, no solo local, si no del mundo entero. Y mas que eso, ademas creo que es uno de los paises donde se encuentra la mas variada materia prima para cocinar, y ahi el punto de mayor importancia: entre tanta porqueria, es muy facil encontrar productos de optima calidad y organicos, debidamente etiquetados y a precios razonables. Espero de verdad, que eso se expnada por todas partes, y que el comer sano sea una opcion y no un lujo (obviamente tambien hay chocolates y helados organicos y son lejos lo mejor del mundo!!)

Y en mi lista de favoritos, es contarles que toda esa gente mala onda, despota y mal educada que esta repartida por el mundo, aqui ha sido reemplazada por la gente amable en extincion.
No puedo hablar por los 300 millones, pero si puedo contar mi real experiencia, que me dejo con la boca abierta desde el primer dia que llegamos; cuando un sin fin de vecinos se acercaron a nuestra casa para darnos la bienvenida, ofrecernos ayuda y por su puesto, traernos cositas ricas de comer!
Pense que sucedia en las peliculas, pero aunque busque no encontre camaras escondidas. Sin duda, fue lo mas emotivo de llegar a vivir por primera vez en este pais.

Lo segundo mas emotivo, fue cuando en un restaurante, al momento de pagar mostramos el carnet de la Fuerza Aerea para un descuento, y una pareja de personas de una edad avanzada, nos abordo para decir que ellos pagaban la cena por nosotros, y que nos agradecian a nosotros como familia, por el trabajo que hace el Gringo. Era para llorar.  Sin embargo me fui a costumbrando a que la gente nos pare en la calle, cuando el Gringo esta en uniforme, y le agradezcan a el por su trabajo y me den las gracias a mi por estar junto a el. Vida real, tampoco habian camaras.

Es un pais nuevo, ajeno y extrano para mi, al que he aprendido a querer, y no solo influenciada por las grandes ofertas por doquier; sino porque ya no estoy acostumbrada a ver que alguien se cuele en una fila mientras se espera algo, ni a que el “maestro chasquilla” o plomero ensucie más de lo que arregló, o que tenga que amarrarme con esposas la cartera para que no la roben. Me acostumbre a que los restaurantes tengan en la puerta la calificación de limpieza, a que hayan juguetes para los niños en las salas de espera, a tener sillas y adornos fuera de mi casa sin que nadie se los lleve la misma noche en que los puse afuera, a que las cosas funcionen como supuestamente debe ser, a saber que si reclamo seré tomada en cuenta, a que la gente me salude en la calle (y que usen las palabras magicas "por favor", "gracias", "permiso" y "perdon". Aunque mi hijo, ciudadano americano por cierto, haya pensado que la palabra magica era "abracadabra") y a usar mis aritos de oro en plena vía pública. Y por qué no decirlo, me acostumbre a pesar en dólares, y cuando estoy en Chile y tengo que pagar en pesos, me desangro de caer en cuenta que los sueldos son la mitad y de que todo cuesta el doble. Me acostumbre al "hagalo usted mismo" (cortar el pasto, arreglar desperfectos, construir lo que sea, echar bencina, embolsar la compra del super, entre otros...), a no tener “nana” y a tener hijos autosuficientes, que desde los 2 años saben separar la ropa sucia blanca, de la ropa sucia de color.

A lo único que no me acostumbro, es a que llueva en verano y luego ver a los árboles perder sus hojas. En cuanto se quedan desnudos, un nudo se apropia de mi garganta porque sé que el invierno se aproxima. Cruel invierno; porque esté donde esté, nada será tan perfecto como en mi querida ciudad de Arica.

martes, 2 de julio de 2013

Consecutividad


Al parecer, en estos días nada pasa sin una razón, ni deja de tener repercusión en otra cosa. Al menos es lo que yo he podido concluir después de una serie de hechos extraños que han invadido mi vida. Digamos, estamos rodeados por el efecto dominó.
Creo que fue esta ciudad la que me hizo pensar en eso, para lo cual primero llegue aquí. Lo que ya es muestra de la consecutividad a la que me refiero.


Una de las primeras cosas que vi al llegar por primera vez aquí – aparte de un exceso de verde en el paisaje – fue una tremenda serpiente muerta (menos mal) en el estacionamiento del hotel. Era negra y fea, casi consumida por el calor de la época, y en su cara todavía se podía notar un poco de malicia. Porque aunque después me dijeran que esa raza no es venenosa, eso no es justificación para que no haya sido mala. Así mismito pasa con las personas, que aunque no poseen veneno en sus dientes, algunas son malas igual, malas de adentro… En fin, a raíz de ese cadáver es que empezó este círculo sin fin de explicaciones; que es una muestra de que esta vida en realidad no tiene principio ni fin absoluto. Pero este aspecto tan serio de la vida, se ha vuelto lo más gracioso de lo que he podido ser testigo, y me tomaré la libertad de transcribir algunas de aquellas frases reales que lo sostienen.

“…En esta ciudad debes estar atenta porque hay muchas serpientes, y algunas de ellas son de jardín, inofensivas, pero otras altamente venenosas. (y yo puse cara de lagartija)
Si, ella tiene razón -dijo otra- pero para eso lo mejor es tener un gato, porque dicen que ellas huyen con el pipi de los felinos. (y yo puse cara de sorpresa primero, y luego de asco de pensar en un jardín entero con olor a pipi de gato, y luego cara de indiferencia, porque no me gustan los gatos)

Pero saben -dijo una tercera- dicen que es bueno tener alguna que otra serpiente en el jardín, porque ellas se comen a los ratones (y yo puse cara de pensamiento porque pensé que con un gato ya no era necesaria la serpiente), y si hay un perro significativamente grande, tampoco habrá ardillas. (y pensé en lo dulce que sería tener ardillitas en el jardín, basándome en los programas infantiles de TV; porque en la vida real, puedo decir que son desagradables)"

Yo quise hacer mi aporte en eso de las consecuencias y dije que era bueno tener perejil y así los conejos (sí, tenemos conejos por toda la ciudad) no se acercan a las huertas de jardín, porque para ellos es mortal. (Aunque no mencioné que los gusanos se comieron por completo mi rúcola. Pero ahora que estamos llenos de topos, espero que se coman todos los gusanos y así mis verduras no corran riesgo. Me gustó lo de la consecutividad).
Tampoco quise decir que si no habían serpientes que se comieran los ratones, al menos podíamos estar seguros de no tener elefantes, porque no tengo información certera de que abunden por esta zona; que sería prácticamente el único animal del Arca de Noé que decidió no vivir en Sumter.


Un día, esperaba en la cola del supermercado, y fui testigo de la consecutividad nuevamente. O quizás de la estupidez humana… basada en la consecutividad.
“… esta humedad me tiene loca, mira mi pelo! Está todo alborotado, no tiene forma, no es liso ni ondulado… odio este clima!
Y tú mira el mío! Yo solía tener el pelo lacio y brilloso, aquí es esponjoso y grasiento. Que horror amiga!
Pero sabes, hay un liquidito que hace lo puedas alisar más rápido y mejor. En serio? Y cómo funciona? Mira, pones el líquido y pasas el secador de pelo con un cepillo ancho.
Lo que sí, el secador te resecará la piel, entonces antes de hacerlo ponte mucha crema en la cara y evitarás las arrugas.
Pero sabes que ayer leí un reportaje que decía que vivir en una ciudad de clima húmedo, ayuda al cutis y las mujeres envejecen menos porque es una forma natural de evita las arrugas.
Qué maravilla! Entonces somos afortunadísimas de vivir aquí!! Amo esta ciudad! Y yo amo el clima húmedo! Sí! Sí! –risas y abrazos-"
(Y yo puse cara de haberme perdido en medio de la conversación que espiaba)

Y como buena chilena, sigo la consecutividad criolla de mi país, y me importan un bledo las estaciones del año y las tormentas eléctricas de verano. Igualito a como mi amiga chilena en Centroamérica, que aunque haga un calor y una humedad de locos, si está lloviendo, se hacen sopaipillas, pasadas o con pebre señores! He dicho. Y punto.